jueves, 15 de abril de 2010

La Guerra Mediática contra la Sociedad Civil




Todos hemos sido espectadores de la irrefutable desesperación de un Estado oligárquico que se ha empecinado en tranquilizar los ánimos subversivos del pueblo mexicano que está harto de la explotación de sus miles de manos de barro; un pueblo que grita consignas cada vez más fuertes y sentenciosas contra un gobierno que rebasa el límite del descaro y el cinismo, un gobierno que no nos representa, y mucho menos vela por la disminución de muertes y narcotráfico.
Un gobierno federal que no está ganando ninguna lucha contra los cárteles, y que con una visión latente y franca basada no solamente en el sentido común, sino en el innumerable listado de intereses comunes de los que “combaten” y los que son “combatidos”, no se ganará.
Tenemos hasta ahora que 18 mil muertos y 7 mil millones de dólares constituyen el precio de la guerra abierta contra el narcotráfico.
No reduce los índices en materia de pobreza, discriminación, y desempleo.
En asuntos de seguridad tampoco llevamos un avance relativamente aceptable, las riñas no solo se están limitando al terreno del crimen y los sectores antagónicos e internos de la mafia, por citar un ejemplo encontramos el cinismo y el grado de indecencia de Felipe Calderón al indicar que el asesinato de los 15 jóvenes por un comando armado en Ciudad Juárez hace un par de meses, se trató de una riña entre “pandilleros”, posterior a esta acción de procacidad, se dio cita en el lugar donde fueron acaecidos los jóvenes, acto en el que la madre de dos ejecutados tomó parte e indicó con un profundo dolor e indignación ante el primer mandatario: “Apuesto que si a usted le hubieran matado a un hijo, usted hasta debajo de las piedras buscaba al asesino”…”Póngase en mi lugar, a ver que siento yo, que ya no tengo a mis hijos”…¡Haga algo por Juárez!, que Juárez se vea como antes era Juárez, no como el sangriento que es ahorita, concluye. Y sin lugar a dudas nos deja abierto el paréntesis del análisis, la incertidumbre, y nos contagia el desconcierto, la desaprobación, y la indignación de esta madre juarense.
¿En cuántos medios vio usted que se le diera continuidad a este caso?
¿Cuántos de nosotros ya habíamos dado de alta este suceso en nuestras memorias?
¿15 jóvenes muertos son un bajo saldo para que se condene y repudie la inseguridad, y además se deje impune?
La pregunta más importante quizá sea: Otro niño muerto ¿ya será tiempo de tapar el pozo?, (aunque usted y yo sabemos que no es uno), ahora quizá su pregunta sea, ¿Y qué?, si Juárez se encuentra a muchos kilómetros de mi suelo, y el alarmante título con el que festejaremos el Bicentenario “Ciudad Juárez Chihuahua como la ciudad más violenta del mundo”, me resulta ajeno, nimio e indiferente; y yo le responderé, que ni son muchos los que nos separan, y sí es mucho lo que nos une ante estas situaciones.
Estando consientes de la interrelación que tenemos como especie humana, también pongamos las cartas sobre la mesa.
1.- Todos estamos siendo regidos por un gobierno movido por intereses de unos cuantos, un gobierno que debo insistir sólo representa los intereses de una minoría.
2.- Una inseguridad terrible, que ya nos inmuta en muchas ocasiones, y que a causa de ello nos está sitiando en nuestras propias casas.
3.- Hablamos de pobreza, como una problemática que nos exime de ella, como si nos fuese ajena, citamos lugares recónditos cuando la aludimos, hablamos de sierras, ranchos, e incluso otros países para referirnos a la miseria, pero ¿De verdad la vemos muy lejos?, ¿De verdad nos conviene seguir en nuestro círculo de confort?, ¿Ni a usted ni a mi nos afecta de ninguna forma? ¿Nosotros mismos no formamos parte de la estadística de carestías?, y entonces aquí planteo la pregunta a la que va encausado el presente artículo, ¿Por qué seguimos ofreciendo la obediencia colectiva, al diseño de un sistema que nos tiene presenciando tanta atrocidad y hambre?
Históricamente diría, porque tenemos la costumbre del servilismo, y sumamente arraigado el hábito de los obsequios, y las ofrendas, a los que están por conquistarnos, violar nuestra cultura, y amotinarse a las riquezas de los nativos, ya debimos haber aprendido algo después de conquista tras conquista, de forasteros que llegan sin nada y se van con todo.
Televisa, telón del repudio al Gobierno Federal


Televisa y TV. Azteca, las principales bombas de enajenación masiva, cuyas noticias no solo no informan con veracidad, si no que nos omiten las irregularidades, fallos, y situaciones escandalosas que puedan dañar “reputaciones”, subestimando de este modo la inteligencia de nuestros pueblos, se burlan de nuestras pocas exigencias en cuanto a consumo cultural, y lo peor ¡pagamos por nuestra propia subyugación!
Lector, ¿Qué nos pasa?, nada nos exime de hacer caso, y tomar parte en estos remedos de circo.
Debemos exigir más de nuestro cine, radio y televisión, acercarnos a revistas relacionadas con política y cultura; no podemos permitir el lucro con nuestras sensibilidades, por citar un ejemplo de lo que externo, es el caso Paulette.
MÉXICO, D.F., 6 de abril (apro).- “Ustedes me dicen en qué momento puedo llorar”, les dijo Lisette Farah a los reporteros de TV Azteca que la entrevistaron hace diez días, en el mismo dormitorio en el que se encontró el cadáver de su hija Paulette, una niña de cuatro años cuya desaparición y posterior hallazgo se han convertido en un auténtico reality show, un fenómeno de rating para los noticiarios de medios electrónicos y un tópico constante en las redes sociales.
(Jenaro Villamil, Proceso 2010).
Las cartas están sobre la mesa, y ahora si no tenemos parapeto alguno, para no hacer algo, usted y yo seguramente tenemos seres queridos de menos de 1 año, pues mire, que como le he dicho la historia ya está firmando muchas sentencias para los vende patrias, y muchas otras para las personas que sin pena ni gloria quizá pasen, y sean olvidadas en el anonimato, pero que serán héroes, luchadores de una nación, los que finalmente sostienen a este país con su trabajo diario, sin embargo, como he externado a lo largo de estas líneas, esta es una labor de todos los que conformamos México, no podemos limitarnos a decir “México es un atole de la tía fulana”, tristemente el slogan que más nos representaría ahora mismo es: “México es un país inseguro y con un hervidero de corrupción”, ahora ¿A quién le conviene que se sepa el malestar de una nación entera?, evidentemente a nadie que esté con la nación.
Finalmente le digo, que esta lucha no tendrá avance mientras USTED (y solo usted) no sea la pieza que comience por movilizar las ideas, el análisis, el debate, a dudar de lo que los comunicadores le informan con tanta certeza, hasta que usted (y solo usted), comience a pensar que las marchas, huelgas y paros, son del interés colectivo, (y no solo de los sindicatos e interesados directos), esto no es responsabilidad de nadie más, (y esta columna no es para nadie más que para usted como INDIVIDUO), ya ve que sabiamente reza el dicho “La culpa no la tiene el indio, si no el que lo hace compadre”, ¿Cuándo negaremos el apadrinamiento?.

(fotografías de Tina Modotti)
Abril, 2010.

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